Todo el término municipal está lleno de leyendas de tradición oral, llegadas hasta nuestros días por la voz de los más ancianos del lugar; sin embargo, ésta gran riqueza histórica y etnográfica se está perdiendo por la falta de interés de las nuevas generaciones.
La antiquísima costumbre de sentarse ante el fuego, en las noches de invierno, para escuchar los sabios consejos y recomendaciones de las generaciones longevas, ha sido sustituida por nuevos avances tecnológicos, que nada tienen que ver con el sosiego y la tranquilidad al pie del hogar.